Mi maestra es la seño Cintia y me tuvo casi todo el rato (los grandes dicen que fue una hora y media nada más) en brazos. Le dijo a mamá que lloré de a poquitos, cuando me daba cuenta que ella no estaba ahí conmigo. Me hubiera enojado con la bocona de la seño, de no ser porque cuando vi a mamá llegar a buscarme me puse a llorar de nuevo. Lo que mamá llama mi llanto extorsivo.
Soy la única nena, hay nueve varones más, y soy la más chiquita de todos. Me parece que mañana me llevan de nuevo.
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