El sábado me desperté tempranito, cuando todavía era de noche, como si supiera que iba a pasar algo. Y así fue: en vez de ponerme a dormir de nuevo, mi abuela Coqui me vistió y me peinó mientras mamá hacía cosas alrededor nuestro. Después llegó el Tati con la abuela Normi y mi Aba, y me sentaron en mi sillita que no se por qué estaba en el coche del Tati.
Así empezó un fin de semana muy raro; papá y la Coqui me dieron besos, y después el Tati nos llevó a la Normi, Aba y mamá. Fue un viaje largo, me dormí dos o tres veces y al final sólo quería desatarme y bajarme del coche. Cuando finalmente pude hacerlo, me encontré en un lugar raro. Mamá dijo que era un hotel y que estaba en un lugar llamado Santa Fe.
Era mi segunda vez en un hotel, pero la primera vez era muy chiquita y no me acuerdo de mucho. Pero también fue para ir a una fiesta, y esa vez también estaba mi tía-aba Marita que siempre me sonríe y me dice cosas lindas. Antes de despedirnos, el domingo por la tarde, ya la señalaba con una gran sonrisa cuando mamá me preguntaba "¿Dónde está la tía Marita?"
La fiesta, me contaron, fue la de los quince años de la prima de mi mamá, Dianita, que estaba preciosa. Fue una fiesta muy linda, todos se divirtieron mucho y yo conocí a más primos de mami, más tíos abuelos y a mis primos segundos Daniela (5 años), Florencia (4 años), Alejandro (1 día menor que yo) y Tatiana (que cumple su primer añito el próximo domingo y empezó a caminar justo durante la noche del sábado).
Me gustó mucho todo, aunque extrañé a la Coqui, al Belito y sobre todo a mi papá. En la habitación del hotel, golpeaba la puerta del baño y lo llamaba, a ver si estaba del otro lado. Es lindo viajar, pero me puso muy feliz volver a casa y que todos me dieran muchos besos.
lunes, abril 05, 2004
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