En el circo de Piñón

Fuimos todos los chicos del jardín, con nuestras seños y varias mamás que nos acompañaron. Llenamos toda la tribuna baja del estudio.



Mis seños Cintia y Valen cantaron karaoke.



Yo canté las canciones de Piñón Fijo, aplaudí, tomé la leche y comí zambuchitos.



Y, al final, me dormí. Estaba rendida del calor y del cansancio.

¿Tarde? ¡pero seguro!

La familia está feliz ahora que el domingo exigí el dominio de la cuchara y lo mantuve anoche. Ya como solita, sin ayuda. Desparramo la comida sin ayuda, también.



Dicen que "¡por fin!" y armaron gran escándalo de fotos y demás. Cosas de ellos, pero ¿qué se esperaban? ¿Que me iban a tener que dar de comer ellos hasta los dieciséis?

Toda una intelectual

Sólo los pedí prestados por un ratito...

Mi primera visita al cine

La salida la organizó el jardín, y mamá nos acompañó. Fuimos en ómnibus al centro, paseamos por una galería y subimos una escalera larga antes de entrar. Me gustó mucho los primeros veinte minutos que veía vacas (yo les decía "múuuu" y la gente me respondía "shhhhh") y caballitos (tuvimos una interesante discusión con mami sobre si el caballito era bayo o verde, como la canción) y pollitos (pío-pío-pá!)

Eso sí, a la media hora de subir y bajar jugando las escaleras del Gran Rex, mientras esperábamos que terminara la película y salieran las seños y el resto de los chicos, mamá me dijo que estoy muy chiquita para volver a ir al cine.

¡Feliz Día del Niño!

Ojitos color de cielo.
Ojitos de chocolate.
Ojitos color de miel.
Ojitos negro azabache.

No importa de qué color
sean tus ojos, mi niño.
Lo que quiero es que estén llenos
de vida y de mucho brillo.

Ojitos de travesura,
de risa, de picardía.
No quiero ojitos llorando,
sólo ojitos de alegría.

Me lo dijo mi seño Cintia hoy y así, con mucha alegría, es que espero que disfruten todos de su día. Sí, todos, sean niños viejitos o niños jovencitos.

El domingo celebramos todos.