La anterior, al final, fue la sexta enfermedad. Traducción: una cosita de nada, aunque bastante mala sangre le hizo pasar a mamá y papá.
Pero el viernes pasado, otra vez, tuve fiebre. Mi doctor dice que es una gripe, pero me hizo sacar radiografías. Tengo tos. Pero ya estoy mucho mejor.
Lo que sí, durante el fin de semana no tuve hambre. Y, por eso, aprendí a decir no. Papá preguntó que por qué aprendí a decir no, tan clarito, en lugar de sí. Mamá dice que es porque las letras de no ya las sé decir, pero todavía no manejo la ese.
Lo único que yo sé es que ahora, en vez de mover la cabeza de un lado al otro evitando la cuchara, digo bien clarito:
¡No!
martes, mayo 11, 2004
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